IM OPTICAS nº 6

50 muestran que más de la mitad de los encuestados (53%) únicamente la revisa cada 2-3 años o con menor frecuencia. En este sentido, Gessa insistió en que“tener un ojo rojo o que pique no es algo normal”. Siempre hay que consultarlo por si hay algo problemático detrás. Sin tratamiento Un dato sorprendente del estudio es que una gran cantidad de personas diagnosticadas de una patología no se someten a un tratamiento después. En concreto, más de la mitad de los encuestados. Iramberri sopesó en la presentación del barómetro que podría ser “porque la ven como una patología no importante y que se pierde adherencia”. Si bien, “hay patologías importantes, como el glaucoma, porque es una carrera de fondo”. En este caso, explica, “el paciente ve que lleva con gotas seis meses y que está todo igual, por lo que deja de ponérselas para ver qué pasa”. Remarcó que el glaucoma es en el 90% de los casos una patología asintomática y son 15 años en los que no se percibe nada. En ocasiones, Iramberri percibe la picardía de los pacientes que no se las ponen. Según los resultados del barómetro, el 30% de los pacientes de glaucoma no cumple con el tratamiento. Y eso que las gotas funcionan muy bien. Avisó que, “cuando no se ponen las gotas, la tensión ocular es alta”. En consecuencia, enfatizó, “la misión del oftalmólogo es educar al paciente”. Y añade: “El premio es que, cuando se tenga 70 años, se vea bien, al módico precio de ponerse una gota diaria desde los 50”. El paciente falla porque no tiene premio a corto plazo. Otro caso es el miope o astigmatismo de una dioptría que no se pone las gafas y, si está ocho horas delante del ordenador, el cerebro es el que compensa con el autofocus y conlleva vista cansada o dolores de cabeza. Es, por tanto, importante conocer la graduación de uno mismo. No hay problema en acostumbrarse a unas gafas y“ver perfecto”. En este sentido, remarcó que “el que no necesita las gafas (o lentes de contacto), no entiende el problema, y no se da cuenta de que son una prótesis”. En palabras de Gessa, a ellos les da más miedo un usuario de lentes de contacto, por las infecciones, o por la mala higiene, que puede acarrear problemas, que una cirugía refractiva. “Los ojos son parte del organismo, parte del cuerpo”, por lo que “hay que cuidarlos desde jóvenes, y plantearse un estilo de vida saludable”. Todo influirá en ellos, como el mal dormir. A veces, el ojo es el primer síntoma. “No hay una clara percepción de la importancia de los hábitos saludables en la vista”. Al contrario, “solo el 40% de los encuestados aprecia correlación significativa entre su salud ocular y factores como dormir poco, el clima, fumar o beber, dieta poco equilibrada o llevar una vida sedentaria”. Salvo la influencia de la herencia genética (66%) y, en menor medida, la contaminación (62%), “parece que somos poco conscientes de los aspectos que afectan a nuestra vista y en lo que podemos incidir para mejorarla”, señaló Gessa. Aún así, la mayoría de los encuestados (92%) dice ser consciente de la necesidad de cuidarla. Ambos expertos comentaron en la presentación de resultados del barómetro que la sintomatología se manifiesta principalmente al usar dispositivos. “El ojo humano está diseñado para el paleolítico”. En consecuencia, “con la vida sedentaria, el trabajo de cerca, las pantallas informáticas, los móviles y las tablets, ¿cuándomiro de lejos?”, se pregunta. “Esto ha roto un equilibrio”, sentenció. Además, “los aires acondicionados no favorecen a un órgano que tiene que vivir en un ambiente húmedo y que está expuesto constantemente”. Con la presencia de dicho climatizador automático, “lo sometemos a un enfoque constante de ocho horas”. Al mismo tiempo, “se sabe que la luz azul puede tener un cierto efecto tóxico, pero no hay una evidencia clara de recomendación de gafas que usen filtros”. Como recomendación, concluyen, es preciso “recordar parpadear mientras se está en la oficina; si se necesita, ponerse lubricación, desde suelo fisiológico a lágrimas artificiales; y seguir normas de higiene ocular, como la del 20-20-20”. Como conclusiones del barómetro, los expertos remarcaron que podemos mejorar mucho nuestra salud y bienestar ocular, con el objetivo de incrementar su índice. Asimismo, señalaron que la etapa más estresante se sitúa entre los 40 y los 65 años. En este sentido, reconocieron que se trata de un margen de edad con gran exigencia laboral y actividad social, al mismo tiempo que se da la aparición presbicia y otros problemas oculares. Y, aunque la edad influye en los ojos, se vive con más calma en etapas posteriores. Por otro lado, también aludieron a una falta de educación/concienciación para prevenir, donde resulta de vital importancia las revisiones y seguir unos hábitos adecuados. Asimismo, también es relevante no resignarse a no ver bien y confiar en los tratamientos médicos. En definitiva, asumir una parte importante de prevención, a través de una vida saludable y agenda de revisiones oftalmológicas. Diagnosticado actualmente En Tratamiento Ratio de Tratamiento Presbicia 35,8 13,7 38 Miopía 33,8 15,2 45 Astigmatismo 31,4 12,8 41 Hipermetropía 11,7 5,3 45 Ojo seco 4,9 1,8 37 Cataratas 3,9 0,9 23 Estrabismo 2,6 0,4 15 Glaucoma 2,2 1,3 59 Degeneración macular 1,4 0,4 29 Desprendimiento de retina 0,9 0 0 Problemas oculares % Fuente: Barómetro Bienestar Ocular 2022

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